Cirugía laparoscópica para la incontinencia urinaria

Cirugía laparoscópica para la incontinencia urinaria

Mediante este procedimiento se pretende la corrección o mejora de la incontinencia urinaria de esfuerzo de la mujer. Para ello se eleva el cuello vesical mediante la fijación de los alerones vaginales.

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Para realizar esta operación, el cirujano trabaja a través de pequeños orificios por donde se intrucen una cámara endoscópica e instrumental de corte, coagulación y grapadoras.

En general, y en el caso de la incontinencia en particular, la laparoscopia persigue un menor dolor en el postoperatorio, la retirada precoz de la sonda y una estancia hospitalaria más corta, así como la más rápida recuperación de la actividad habitual.

Pese a sus indudables ventajas, la cirugía laparoscópica no está exenta de riesgos:
• A veces no se consigue una mejoría de la incontinencia o se hace imposible utilizar esta técnica y hay que acudir a una cirugía convencional.
• Enfisema subcutáneo.
• Retención urinaria posterior que obligue a cateterismos, talla vesical o una nueva intervención.
• Hemorragia durante el acto quirúrgico o el postoperatorio.
• Lesión intestinal con posible peritonitis y shock séptico.
• Lesión vesical con apertura de la misma o ureteral y extravasación urinaria que puede condicionar fístulas urinarias, infecciones, abscesos, peritonitis...
• Complicación en los orificios quirúrgicos.
• Infección o intolerancia a las suturas.
• Hernias de asa intestinal.
• Dispareunia.

Estas complicaciones suelen resolverse con medicación, aunque pueden dar lugar a una nueva intervención, generalmente de urgencia.

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