Medir nuestra capacidad memorística

¿Somos objetivos con nuestra capacidad de memoria?

¿Somos objetivos con nuestra capacidad de memoria?

En la mayoría de los casos, pensamos que tenemos mucha menos memoria de la que en realidad tenemos... ¿Somos objetivos con nuestra memoria?

En 1992, un hospital de París realizó un estudio con 2000 personas de entre 45 y 75 años que se lamentaban de sufrir problemas de memoria. El 60 % de ellas obtuvieron resultados normales en los test y cuestionarios que realizaron y, en la mitad de las restantes, los problemas a los que aludían nada tenían que ver con la memoria: se debían al estrés, a ansiedad crónica o, en algunos casos, a estados depresivos. En otras palabras, la mayoría tenía una imagen deformada de su memoria.

Otro ejemplo: en un grupo, una persona se define como «una cabeza de chorlito», pero retiene rápidamente y sin esfuerzo los nombres de los participantes en el seminario. Es imposible ser imparcial respecto a uno mismo. ¿Qué criterios aplicar? No hay normas de funcionamiento establecidas para la memoria, tampoco récords que batir. Cuando se tienen lapsus de memoria, lo importante, dicen los expertos, es no guardarse para uno la preocupación: son señales de alarma que nos envía la memoria y que pueden angustiarnos hasta hacernos perder la confianza en nosotros y dejarnos aislados. Y ese sí es un peligro.

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