12 Actividades para mejorar la motricidad fina y gruesa en personas mayores

Cómo cambia la motricidad fina y gruesa cuando envejecemos

A medida que envejecemos, los tiempos de reacción se vuelven más lentos. Esto puede dificultar la realización de movimientos relativos a la motricidad fina, como escribir una carta, o la motricidad gruesa, como levantar una pierna.

También disminuye la masa muscular y la fuerza, por lo tanto, puede dificultar la realización de actividades como subir escalones o abrir la puerta con la llave.

La flexibilidad también se ve afectada y las articulaciones se vuelven más rígidas.

El equilibrio y coordinación es otro factor a tener en cuenta, suele deberse a cambios en el oído interno, así como el ojo y el sistema nervioso.

Si bien estos cambios son parte natural del proceso de envejecer, sí hay cosas que pueden mejorar la motricidad y fina y gruesa en personas mayores. Estas sencillas rutinas aplicadas de forma cotidiana pueden ayudar a retrasar el envejecimiento de la función motora.

Actividades para mejorar la motricidad fina en personas mayores

Hay ejercicios muy sencillos para ejercitar manos y dedos, que no solo no son aburridos, sino que además resultan entretenidos y divertidos... ¡y muy creativos.

1. Pintar con los dedos: hay pinturas especiales para dedos, basta con manchar el dedo y usarlo a modo de pincel sobre una hoja de papel. Ayuda a fortalecer músculos y articulaciones.

2. Apretar una pelota antiestrés: De nuevo fomenta la fortaleza y elasticidad de la mano.

3. Mover elementos de una caja a otra: Pueden ser elementos más grandes como mandarinas, o más pequeños para trabajar la precisión como judías o garbanzos.

4. Separar cuentas por colores u otros elementos como caramelos por sabores.

5. Modelar, estirar, amasar o elaborar figuras con plastilina. 

6. Ensartar cuentas en un hilo, como si fuésemos a elaborar una pulsera.

7. Recortar elementos con una tijera.

8. Hacer puzles.

Actividades para mejorar la motricidad gruesa en personas mayores

La motricidad gruesa es la que afecta más al equilibrio y la coordinación del cuerpo. Es aquella que ponemos en práctica cuando levantamos un brazo para tomar un vaso de la estantería, levantamos una pierna para subir un escalón, o nos levantamos de una silla. Para mejorar esta motricidad, las personas mayores pueden: 

9. Ir a clases de baile: Lo cual implica sufrir menos lesiones que con otras prácticas deportivas. Algo que puede impulsar a muchas personas mayores temerosas de realizar otros ejercicios que puedan resentir sus huesos y articulaciones. Esta actividad mejora el equilibrio y la coordinación del cuerpo.

10. Nadar o practicar aquagym: El agua es un entorno que favorece la realización de ejercicio para las personas mayores ya que evita el impacto del cuerpo contra el suelo. 

11. Dar paseos: Caminar es uno de los ejercicios más sencillos para las personas mayores y, además, traen múltiples beneficios, desde la mejora de la salud cardiovascular, como el trabajo de todo el aparato músculo-esquelético.

12. Yoga: Tanto mujeres como hombres van a mejorar su calidad de vida, evitando la descalcificación y mejorando el riego sanguíneo y los problemas derivados de su mal funcionamiento, que van apareciendo con la edad.

La motricidad es una habilidad clave que merece ser preservada y estimulada en todas las etapas de la vida, especialmente en la tercera edad. La práctica de actividades específicas no solo ayuda a mantener la movilidad y la fuerza muscular, sino que también fortalece la autonomía y la confianza de las personas mayores en su día a día. Incorporar ejercicios sencillos en la rutina diaria, como caminar, realizar estiramientos o practicar actividades recreativas, puede marcar una gran diferencia. Cuidar la motricidad no solo significa mejorar la salud física, sino también contribuir al bienestar emocional y a una mayor calidad de vida.

Bibliografía

• Condición motriz y calidad de vida en mayores
• La actividad física organizada en las personas mayores
• La percepción de beneficios y de mejora del equilibrio motriz en personas mayores