¿Cómo afecta el otoño a las personas mayores?

¿Cómo afecta el otoño a las personas mayores?

El otoño puede afectar la salud de las personas mayores, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y trastornos emocionales como el TAE. Conoce algunos consejos de prevención.

El otoño trae consigo un cambio notable en el ambiente: las temperaturas comienzan a bajar, los días se acortan y el paisaje se tiñe de colores ocres y amarillos. Sin embargo, para las personas mayores, estos cambios no siempre resultan agradables. El impacto del otoño en su salud puede ser significativo, ya que esta estación puede desencadenar o agravar ciertos problemas físicos y emocionales. Pero, ¿cómo afecta el otoño a las personas mayores y qué medidas pueden tomar para cuidarse en esta época del año?

Cambios de temperatura y su impacto en la salud física

Una de las principales características del otoño es la caída de las temperaturas, que puede afectar especialmente a las personas mayores. El envejecimiento conlleva una disminución en la capacidad del cuerpo para regular la temperatura, lo que hace que los mayores sean más vulnerables al frío. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a bajas temperaturas puede aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias, como resfriados, gripes y neumonías. Además, las fluctuaciones en la presión atmosférica propias del otoño pueden provocar un aumento de los problemas articulares, como la artritis, muy comunes entre los adultos mayores.

El descenso de las temperaturas también puede generar un mayor riesgo cardiovascular. Un estudio publicado por el Journal of the American Heart Association reveló que las temperaturas frías incrementan la presión arterial y, por tanto, el riesgo de sufrir infartos o ictus. Esto se debe a que el frío causa una vasoconstricción, es decir, una reducción del diámetro de los vasos sanguíneos, lo que obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre. Las personas mayores con problemas cardíacos deben prestar especial atención a estos factores y seguir las recomendaciones de sus médicos para prevenir complicaciones.

Tristeza otoñal: El impacto emocional en los mayores

Además de los efectos físicos, el otoño también tiene un impacto emocional en las personas mayores. Los días más cortos y la reducción de las horas de luz solar pueden contribuir a lo que se conoce como trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión que aparece con la llegada del otoño y persiste durante el invierno. Este trastorno se relaciona con la disminución de la luz solar, lo que puede afectar la producción de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo.

Diversos estudios, como el realizado por el National Institute of Mental Health en Estados Unidos, han demostrado que el TAE es más común en personas mayores, especialmente aquellos que ya presentan problemas de salud mental. La falta de actividad física durante esta época del año, sumada a un posible aislamiento social, puede aumentar los niveles de ansiedad y depresión. Sentimientos de soledad, nostalgia y tristeza suelen intensificarse en otoño, cuando el clima puede dificultar las salidas o la participación en actividades al aire libre, afectando de manera significativa el bienestar emocional de los mayores.

Es importante señalar que el otoño también puede reavivar recuerdos del pasado en los mayores, lo que puede llevar a una sensación de nostalgia o melancolía. La caída de las hojas y la llegada del invierno recuerdan, a menudo, el paso del tiempo, y para algunas personas puede ser un momento difícil de afrontar.

Problemas de sueño: Cambios en los patrones de descanso

El cambio en las horas de luz afecta no solo al estado de ánimo, sino también a los patrones de sueño. En el otoño, cuando los días se acortan y las noches se alargan, es común que las personas mayores experimenten alteraciones en su ciclo de sueño. La reducción de la luz solar afecta la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño.

Un estudio del Journal of Sleep Research demostró que los mayores tienen más dificultades para conciliar el sueño y mantener un descanso continuo durante la noche en las estaciones de otoño e invierno. Estos problemas de sueño pueden agravar otros problemas de salud, como la fatiga diurna, la confusión o los problemas de memoria, tan comunes en la tercera edad.

Aumento de enfermedades cardiovasculares

El otoño, además de traer consigo un mayor riesgo de infecciones respiratorias, también está asociado con un aumento en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, especialmente en los adultos mayores. Un estudio publicado en la revista Circulation reveló que durante los meses de otoño e invierno, hay un incremento significativo de infartos e ictus en la población de mayor edad. Los cambios bruscos de temperatura, el aumento de la presión arterial y la mayor tendencia a la vasoconstricción, mencionada anteriormente, son factores que contribuyen a este fenómeno.

Es importante que los mayores controlen regularmente su presión arterial durante el otoño, especialmente si ya padecen de hipertensión o enfermedades del corazón. Las visitas periódicas al médico y una adecuada gestión de los medicamentos pueden ayudar a prevenir complicaciones graves durante esta estación.

Consejos para cuidar la salud en otoño

A pesar de los riesgos, es posible disfrutar del otoño con una buena salud si se toman las medidas adecuadas. Aquí algunos consejos para que las personas mayores puedan cuidar su bienestar durante esta estación:

  1. Vestirse adecuadamente: Es esencial que los mayores se protejan del frío con ropa de abrigo, bufandas y guantes. Mantener una buena temperatura corporal es fundamental para evitar problemas respiratorios y cardíacos.
  2. Alimentación saludable: El otoño es una buena época para incorporar alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes, como frutas de temporada (manzanas, granadas, cítricos) y verduras de hoja verde, que refuerzan el sistema inmunológico.
  3. Realizar actividad física: Aunque el clima no sea tan agradable, es importante mantenerse activo. Caminar en días soleados, hacer ejercicio en casa o practicar yoga son opciones que ayudan a mantener una buena salud física y mental.
  4. Terapia de luz: Para combatir el trastorno afectivo estacional, la terapia de luz es una opción recomendada. Consiste en exponerse a una luz brillante durante unos minutos al día, lo que ayuda a compensar la falta de luz solar y a mejorar el estado de ánimo.
  5. Mantener el contacto social: El aislamiento social puede incrementar la tristeza o la ansiedad en otoño. Es importante que los mayores se mantengan en contacto con amigos y familiares, ya sea a través de visitas, llamadas o videollamadas, para evitar sentirse solos.
  6. Revisar la medicación: Es fundamental consultar con el médico para ajustar los tratamientos, si es necesario, en función de los cambios climáticos. Las personas mayores deben ser conscientes de la importancia de no saltarse ninguna dosis y de seguir al pie de la letra las indicaciones médicas.

El otoño puede ser una estación difícil para las personas mayores, tanto a nivel físico como emocional. Sin embargo, con una buena planificación y cuidados adecuados, es posible minimizar los efectos negativos de esta estación y disfrutar de sus aspectos más positivos. Prestando atención a los cambios en la salud, manteniendo una dieta equilibrada, realizando ejercicio moderado y buscando apoyo emocional, los mayores pueden afrontar el otoño de manera saludable y activa.

 

 

 

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