Caídas en el hogar: causas y consecuencias
Las caídas son la forma más frecuente de accidente en las personas mayores, y representan además la principal causa de muerte accidental en este perfil de edad.
Los pacientes geriátricos sufren caídas muy a menudo. Estadísticamente, un tercio de los mayores que viven en sus casas y la mitad de los que están institucionalizados tienen al menos una caída al año. Y no solamente esto. Hay que mencionar que las caídas no solamente van a dejar secuelas físicas, sino también consecuencias psicológicas, como las del síndrome post-caída.
Motivos por el que se producen las caídas
Es preciso e importante que el cuidador conozca las causas por las que se producen una caída, las cuales se clasifican habitualmente en dos vertientes:
- Causas intrínsecas: son prácticamente cualquier patología que el anciano puede presentar, y que van a ocasionar una caída en cualquier momento. De estas causas, las más habituales son:
- Enfermedades neurológicas: en este grupo, a su vez, se clasifica en dos vertientes. Pueden ser por afectación del nivel de conciencia (accidente cerebrovascular o epilepsia) o por alteración de la marcha y del equilibrio (demencia, enfermedad de Parkinson, etc.).
- Enfermedades cardiovasculares: tales como arritmias, insuficiencia cardíaca, hipotensión ortostática (bajada de tensión que se puede producir al levantarse de forma brusca o al incorporarse, es decir, pasar de la postura de sentado o tumbado a estar de pie), etc. Todas estas anomalías pueden producir caídas por pérdida de conciencia o por la debilidad que generan ya de por sí estas patologías.
- Enfermedades reumatológicas: las más comunes son la artrosis o la artritis reumatoide, las cuales producen caídas por el trastorno de la marcha, el dolor o la rigidez que las acompaña.
- Enfermedades de los sentidos: Los trastornos de la audición y de la vista predisponen a originar a menudo caídas en los ancianos, sobre todo este último.
- Fármacos: las personas mayores son especialmente susceptibles a los efectos secundarios de los fármacos y a las interacciones entre ellos, ya que su uso pueden provocar caídas por alteración de la conciencia, del equilibrio y de la atención, así como por rigidez muscular o hipotensión postural. Los que más a menudo se asocian con la aparición de caídas son los antidepresivos, los sedantes y los antidiabéticos.
- Causas extrínsecas: son los factores que dependen de circunstancias sociales y ambientales. Por lo tanto, en este grupo se englobarán las caídas meramente accidentales. Eso sí, sin olvidar que siempre van a haber factores implicados simultáneamente.
- En el domicilio: suelos resbaladizos del baño, iluminación insuficiente, mobiliario poco apropiado, obstáculos en los lugares de paso, escalones demasiado altos, ausencia de asideros y pasamanos, alfombras, etc.
- En el exterior: aceras en mal estado, tráfico excesivo, mala señalización, falta de adaptación de los medios de transporte y de los accesos a edificios para las personas discapacitadas,...
- En los hospitales e instituciones: ausencia de mobiliario adaptado (camas, sillones geriátricos, etc.), así como el empleo de medios de restricción física (cinturones o sujeciones) cuando están sin prescripción médica.
Consecuencias de una caída
Aunque bien es cierto que el objetivo de nuestro escrito va más enfocado a cómo evitar una caída, siempre es bueno recordar cuáles son las consecuencias que estas pueden ocasionar para así provocar que tanto los pacientes como sus cuidadores y familiares se tomen en serio las medidas preventivas, y de esta forma, evitar un fatal desenlace.
La consecuencia más grave de una caída es, naturalmente, el fallecimiento del paciente. Sin embargo, no hay que olvidar que las posibilidades de que haya una mayor probabilidad de mortandad irá condicionada a las variantes tales como: la edad avanzada (a más edad, más riesgo), el permanecer largo tiempo en el suelo, el sexo femenino (son más propensas a sufrir caídas que los hombres debido a su desarrollo corporal), la existencia de caídas previas, etc.
En cuanto al resto de consecuencias, las dividiremos en los siguientes grupos:
- Consecuencias físicas:
- Fracturas: son las lesiones más graves y más frecuentes. Las más comunes son las de cadera, debido a la incapacidad y las complicaciones que generan. Otras fracturas frecuentes son las del radio, el húmero y la pelvis.
- Contusiones y heridas: se dan con mucha frecuencia y su importancia radica principalmente en el dolor que producen, que pueden desencadenar una situación de inmovilidad.
- Lesiones neurológicas: hematoma subdural (acumulación de sangre en el cerebro), conmoción y contusión cerebral. Son consecuencias más raras de aparecer, pero, al mismo tiempo, si se producen, son muy graves.
- Lesiones asociadas a largas permanencias en el suelo: este es un factor de mal pronóstico, ya que acarrea complicaciones graves como la hipotermia.
- Consecuencias psicológicas: estas secuelas se agrupan en el denominado "síndrome post-caída", que se caracteriza por:
- Miedo a volver a caer.
- Pérdida de la autonomía personal y de la autoestima.
- Modificación de los hábitos de vida previos.
- Actitud sobreprotectora de familiares y cuidadores, que provoca una mayor pérdida de autonomía.
- A menudo aparecen depresión y ansiedad asociadas.
- Consecuencias sociales. Las más importantes son:
- Necesidad de ayuda social para las actividades cotidianas.
- Cambio de domicilio (habitualmente al de familiares), ante la imposibilidad de vivir solos.
- Institucionalización (ingreso en una residencia).
- Hospitalización: se produce cuando las lesiones físicas son importantes. Cabe destacar que el mal pronóstico vital y funcional que supone el tener que ingresar en un hospital a consecuencia de una caída.
BIBLIOGRAFÍA:
Apuntes de Geriatría. Unidad didáctica. Javier Gómez Pavón (2008). Universidad Castilla-La Mancha.
Salvador Alexander
Terapeuta ocupacional y actor
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