¿Qué es la espondilosis?

Habitualmente, suele afectar a casi todas las personas a partir de los 60 años. Las sobrecargas, las lesiones y la edad poco a poco deterioran los cartílagos (tejidos que cubren la superficie de las articulaciones vertebrales); esto hace que los discos intervertebrales se desgasten y que se estrechen las separaciones entre los huesos. Gradualmente, la columna se agarrota y pierde flexibilidad. A medida que las articulaciones vertebrales friccionan entre ellas con mayor fuerza de la normal, las superficies donde se encuentran se comprimen y se hacen irregulares: entonces, junto con el desgaste de los cartílagos, aparece el dolor.

El proceso degenerativo puede afectar a la zona cervical, a la zona torácica o a la lumbar. Veamos sus peculiaridades.

• Cervical
El cuello constituye una parte de la columna muy susceptible a los cambios degenerativos debido a su compleja anatomía y el amplio abanico de movimientos de la zona cervical. Cuando se forma un espolón óseo, puede quedar presionada la raíz nerviosa, afectando a los hombros y los brazos.

• Torácica
En la parte media de la columna es relativamente frecuente problemas en los discos, que desencadenan el dolor asociado con la enfermedad degenerativa.

• Lumbar
La columna lumbar soporta la mayor parte del peso corporal. Por lo tanto, cuando se produce el proceso degenerativo, se producen dolores. En la madurez, el dolor y la rigidez matutinos son problemas comunes. Estar sentado por períodos prolongados puede causar debido a la presión sobre las vértebras lumbares. Los movimientos repetitivos como levantar cosas e inclinarse pueden aumentar el malestar.

La espondilosis tiene su reflejo en los discos intervertebrales, sujetos a cambios bioquímicos derivados del envejecimiento. Es común el desgaste o el desgarre de los discos, así como la capacidad para absorber los impactos.