Videotoracoscopia
Es una técnica quirúrgica que consiste en la exploración del espacio comprendido entre la pleura parietal y la visceral (que recubre íntimamente al pulmón). Asimismo puede accederse mediante este procedimiento a las estructuras situadas en el mediastino (timo, esófago, ganglios linfáticos, pericardio o tumoraciones de origen neurógeno)
¿Qué es la videotoracoscopia?
Es una técnica quirúrgica que consiste en la exploración del espacio comprendido entre la pleura parietal y la visceral (que recubre al pulmón). Asimismo, puede accederse mediante este procedimiento a las estructuras situadas en el mediastino (timo, esófago, ganglios linfáticos, pericardio o tumoraciones de origen neurógeno).
¿Para qué se utiliza?
Esta técnica es de gran utilidad en el diagnóstico de lesiones pleurales, pulmonares y determinadas lesiones mediastínicas, ya que permite tanto la biopsia como, en algunos casos, la extirpación completa.
Además, facilita la realización de otros procedimientos terapéuticos como son la resección de bullas subpleurales en el tratamiento de los pacientes con neumotórax recidivante, la pleurodesis con talco (abrasión pleural en el caso de derrame pleural masivo recidivante) o la simpatectomía torácica (sección de la cadena ganglionar simpática en los enfermos con hipersudoración palmo-plantar).
¿Qué se debe hacer antes de la prueba?
Dado que es necesario el empleo de anestesia general, se realizarán los análisis preoperatorios habituales:
? Hemograma.
? Pruebas de coagulación, grupo y Rh.
? Radiografía de tórax.
? Electrocardiograma (con evaluación cardiológica en el caso de pacientes mayores de 60 años o con una cardiopatía previa).
? Pruebas de función respiratoria.
¿Es necesaria alguna preparación?
La única preparación que requiere es ayunar las seis horas previas a la intervención. Además, antes de la operación, el personal de enfermería instruirá al paciente en el conocimiento de técnicas de fisioterapia respiratorias activas. En el caso de tener que biopsiar nódulos pulmonares de difícil acceso por el TAC (nódulos que no sean superficiales y que no pueden verse ni palpar con las pinzas de toracoscopia), puede ser necesaria la colocación, el mismo día de la intervención y bajo anestesia local, de un alambre guía bajo control de TAC.
¿Cómo se realiza?
Se practica bajo anestesia general y, habitualmente, con intubación bronquial selectiva. El objetivo de esta intervención es formar un espacio interpleural para poder introducir los trócares a través de los que se introduce la óptica (que permite obtener imágenes) y el resto de material quirúrgico endoscópico.
¿Cuánto dura?
La duración media de la intervención es de una hora y media, aunque puede prolongarse en el caso de tener que extirpar nódulos pulmonares de difícil acceso.
¿Tiene algún riesgo?
Esta intervención apenas presenta complicaciones, salvo las propias de cualquier intervención quirúrgica sobre el tórax como son la hemorragia, infección, neumotórax y enfisema subcutáneo. Al tratarse de una incisión mínima, disminuye considerablemente el dolor postoperatorio y el número de días de estancia hospitalaria.
Si no es posible realizar el procedimiento por la vía mínimamente invasiva (porque sea un nódulo inaccesible o por otras razones técnicas), deberá ampliarse la incisión (toracotomía posterolateral o axilar). Esto ocurre en muy pocos casos ya que, anteriormente, se debe hacer una adecuada selección de los pacientes.
¿Cuántos días de estancia hospitalaria se precisan?
La estancia hospitalaria necesaria varía en función del tiempo que se tarde en retirar el drenaje torácico, que habitualmente se hace a las 24 ó 48 horas de la operación.
Si fuese necesario ampliar la incisión (conversión a toracotomía o "cirugía abierta"), la estancia hospitalaria media es de 7 días.
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