Enfermedades relacionadas con los problemas circulatorios

¿Además de las varices, cuáles son las enfermedades que trata el angiólogo?

La arteritis puede instalarse a la altura de las piernas o de la cabeza. Está provocada por la aparición de una o varias placas de ateroma en la pared de la arteria que terminan por obstaculizar la circulación. Los síntomas principales son: enfriamiento de las extremidades, dificultades para andar (calambres) y hablar.

Vértigos, parálisis...

En España, se estima que 500 000 personas sufren de arteritis en las piernas, sin que estén forzosamente diagnosticadas y tratadas. Hasta los 65 años, esta patología afecta principalmente a los hombres (una mujer por cada tres hombres), pero a partir de esa edad, ambos sexos se igualan en las posibilidades de sufrirla. La arteritis a menudo está asociada a la presencia de un factor de riesgo vascular que favorece su aparición. Es imposible actuar sobre ciertos factores como la edad, el sexo o los antecedentes familiares, pero sí se puede actuar sobre otros elementos primordiales: tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial e hipercolesterolemia (índice anormalmente alto de grasa en la sangre).

¿Cómo se trata la arteritis de los miembros inferiores?

Si la placa de ateroma no es demasiado gruesa, el angiólogo receta fármacos vasodilatadores (o vasoactivos) que ayudan a dilatar los vasos. Si el obstáculo es más importante, hay que recurrir a la intervención quirúrgica. Existen entonces dos posibilidades:

• La técnica «endovascular», que consiste en introducir una sonda hasta el estrechamiento con un globito que se hincha en el lugar adecuado en varias fases para aplastar la zona de la lesión y lograr que la arteria tenga el diámetro normal. A veces se coloca una especie de pequeña red metálica (denominada «stent») con el fin de sujetar la pared de la arteria y evitar que vuelva a estrecharse.

• La segunda técnica consiste en practicar un puenteo (denominado también «pontaje» o «bypass») sustituyendo la arteria afectada por una prótesis (de teflón o dacrón), o injertando un trozo de vena retirada previamente de la propia pierna del paciente (la safena). Todo este proceso debe acompañarse obligatoriamente de una excelente higiene de vida, olvidando el cigarrillo y el alcohol, vigilando la tasa de colesterol y practicando la marcha a pie regularmente.

Andar media hora al día es suficiente para mantener un buen retorno venoso

La arteritis puede localizarse también en torno al cerebro. ¿Cuál es el tratamiento?

En lenguaje médico se habla de «arteritis de los vasos con destino encefálico», es decir, de las arterias carótidas internas y de las vertebrales. Afecta al sistema arterial que parte del corazón y riega el cerebro, muy ávido de oxígeno y elementos nutritivos. Este tipo de arteritis se trata de modo similar a la arteritis de las piernas, con vasodilatadores o con intervención quirúrgica.

Con frecuencia, el tratamiento es urgente, pues se trata de evitar una de sus complicaciones graves: el accidente vascular cerebral, o congestión cerebral, provocado por la disminución, o incluso la ausencia total, de riego sanguíneo en una parte del cerebro. Produce una parálisis más o menos importante de uno o más miembros, faltas de sensibilidad, problemas en la visión o dificultades del lenguaje. Si se trata a tiempo, la congestión cerebral no deja forzosamente secuelas graves. Pero sobre todo, se debe vigilar que no haya una recaída. Si esta se produce, las consecuencias son a menudo más graves y definitivas.

Marie-Claude Berière, doctora nutricionista del hopital Bichat de París y Brigitte Coudray, dietista