¿Cómo se realiza una reconstrucción mamaria?

Los senos sanos están compuestos principalmente por tejido adiposo (grasa) y glándulas mamarias. Las glándulas mamarias secretan la leche al seno lactífero, que es la conexión entre las glándulas y el pezón. Durante el embarazo, las glándulas mamarias aumentan de tamaño para almacenar la producción de leche. En estas glándulas comienzan la mayoría de los cánceres de seno.

Posteriormente a una mastectomía, o extirpación quirúrgica del tejido mamario, muchas mujeres deciden recurrir al implante, tanto por razones emocionales como físicas.

A veces, la piel del seno extirpado debe estirarse para proceder con la cirugía reconstructiva. Esto se realiza mediante la inserción de un tipo de implante denominado extensor debajo de la piel y el músculo pectoral. Un extensor es similar a un globo, y se infla lentamente con una solución salina a intervalos periódicos.

Una vez que la piel se ha estirado lo suficiente, se realiza una segunda intervención para retirar el extensor y reemplazarlo por un implante permanente. Sin embargo, en determinadas circunstancias, el extensor puede dejarse en el lugar permanentemente.

Otra técnica de reconstrucción mamaria común consiste en la utilización de la piel y los músculos sanos de otras partes del cuerpo. Una opción es utilizar la piel de la zona del músculo dorsal ancho ubicado en la espalda. Otro método consiste en utilizar parte del músculo recto abdominal, que puede desplazarse a la zona del seno como parte de la cirugía reconstructiva. Muchas mujeres también deciden hacerse una reconstrucción del pezón e implantarse senos con la forma de prótesis que desean.

La cirugía reconstructiva del seno puede llevarse a cabo en el momento de la mastectomía, aunque es común que las mujeres decidan hacerse esta intervención posteriormente.

Existen diversas complicaciones asociadas con este procedimiento, que deben analizarse con el médico previamente a la cirugía.