Los pros y contras de ser padre después de los 60 años

Entre los rostros más conocidos encontramos a personajes como Al Pacino (a los 83), Robert de Niro (a los 79), Richard Gere (a los 69 años). Entre los famosos españoles están Julio Iglesias (padre e hijo), Bertín Osborne, etc.

Más allá de centrarnos en lo que puede llevar a un hombre a volver a ser padre a una edad en la que cambiar pañales, levantarse cinco veces por la noche o preparar papillas debería estar superado; vamos a ahondar en los pros y contras de ser padre después de los 60 años.

Los pros de ser padre después de los 60 años

1. Los padres más jóvenes se encuentran inmersos en etapas más convulsas y estresantes. El trabajo no solo puede ser una fuente de conflictos, sino que además, quita tiempo para poder disfrutar de la paternidad. Son muchos los padres que no pueden acogerse a jornadas reducidas por crianza ya que en sus empresas no se entiende o no está bien aceptado. Sin embargo, un padre mayor tiene ya una carrera hecha y, en muchos casos está jubilado, por lo que, no siente la presión del trabajo.

2. La sabiduría que tiene un padre mayor es muy valiosa: los hombres de más de 60 años han vivido una serie de experiencias que les permite afrontar los conflictos o problemas con más confianza, seguridad y tranquilidad.

3. La paciencia que tiene un padre mayor suele ser mayor que la de un padre joven. No se estresa tanto y tiene más capacidad para tomarse la vida con una mayor filosofía. En esto ganan los hijos que no han de enfrentarse a las prisas, los gritos o los malos modos que algunos padres muestran en momentos de estrés.

4. Los padres mayores entienden que el tiempo pasa tan rápido que quieren absorber cada momento de la vida de sus hijos. Son conscientes de que el tiempo juega en su contra, por lo tanto, aprovechar el momento con sus bebés puede ser una máxima.

5. Un bebé puede suponer una gran alegría y una nueva ilusión, cuando uno ya espera poco más de la vida. Los niños son fuente de angustias, dudas y miedos, pero también de satisfacción, orgullo y esperanza. Estas emociones positivas son el motor de muchos padres después de los 60 años. Es una vuelta a sentirse necesitado, útil e importante.

Los contras de ser padre después de los 60 años

6. El principal contra de la paternidad tras los 60 años es que, por ley de vida, tiene menos tiempo para poder disfrutar de sus hijos y que sus hijos disfruten de él. Es más que probable que no conozca a sus nietos, pero además es posible que se pierda momentos importantes de la vida de sus hijos o no pueda aconsejarles y acompañarles cuando le habrían necesitado.

7. Según los especialistas, los padres mayores tienen más probabilidades de tener un bebé prematuro. Y es que, aunque los hombres son fértiles la mayor parte de su vida, la calidad del esperma disminuye y esto incide en la salud del bebé.

8. El nivel de energía que se tiene a los 60 años no es el de los 30. Las exigencias físicas que se requieren para criar a un hijo no son pocas. No es lo mismo cuidar a un nieto un fin de semana, que criar a un hijo todos los días. Es un esfuerzo físico y mental importante.

9. No es sencillo aceptar el cambio de vida que supone tener un hijo. A esta edad, se supone que un hombre está al borde de la jubilación o ya jubilado. Es un momento para disfrutar de esas salidas, amigos o actividades para las que no ha habido tiempo a lo largo de los años. Sin embargo, tener un hijo es una marcha atrás hacia unas obligaciones que ya parecían pasadas. No es fácil mentalmente ceder este espacio personal que tanto ha costado conseguir.

10. Un bebé supone gastos adicionales, quizás si estabas pensando en la jubilación, debas mantenerte en el mundo laboral unos años más para afrontar ese extra económico. Según los datos, en 2022, el coste de criar a un hijo en España es de 672 euros al mes, de media, esto suponen 8.064 euros al año.

11. Aquellas personas a las que importa la opinión de los demás, no llevarán excesivamente bien que todos piensen que eres el abuelo, cuando vas a recoger a tu hijo o hija al colegio, o cuando le llevas al médico. Estas explicaciones extras y la cara de extrañeza o de desaprobación, no son plato de buen gusto para muchos y puede llegar a causar un complejo o problema emocional.