Cómo planificar un viaje si tienes más de 65 años

Viajar no es cosa solo de los jóvenes, sino, simplemente, de tener tiempo, y eso es algo de lo que las personas jubiladas disponen.

A medida que vamos envejeciendo nuestras preferencias de viaje cambian, ya sea por gustos o por necesidad. Seguramente los planes que hacíamos hace años ya no nos apetezcan tanto ahora mismo. Por norma general, aunque siempre hay excepciones, las personas mayores prefieren los viajes tranquilos y donde se encuentren seguros.

El aumento de la esperanza de vida ha permitido que, no solo vivamos durante más tiempo, sino que también lleguemos en mejores condiciones físicas y mentales a la vejez. Cumplir 65 años no significa tener que renunciar a viajar por todo el mundo.

Actualmente muchas personas mayores disfrutan de una vitalidad y una fuerza envidiable que les permite afrontar largos viajes sin ningún tipo de problema. Por otro lado, mantenernos activos viajando ofrece grandes beneficios a nuestra salud. Viajar ayuda a prevenir el estrés, la ansiedad y la depresión. También es un aliciente contra la soledad, un sentimiento muy común en las personas mayores, mejora la capacidad cognitiva y nos mantiene la mente abierta.

Aun así, siempre hay recomendaciones, sobre todo, relacionadas con el ámbito de la salud, que debemos seguir antes de planificar un viaje para personas mayores.

Precauciones al planificar un viaje para personas mayores

A partir de cierta edad conviene tener ciertas consideraciones en cuenta al planificar un viaje, especialmente cuando padecemos algún tipo de dolencia o enfermedad.

1.- El clima del país

Las temperaturas extremas no son nada aconsejables para las personas mayores. El frío excesivo puede afectar muy negativamente a las personas mayores, ya que pueden afectar a los huesos, y sufrir molestias durante el viaje. También es probable que cojamos un resfriado, lo que puede complicar nuestros planes de viaje y ser un inconveniente si estamos delicados de salud.

El calor sofocante tampoco es recomendable a partir de cierta edad. Además deser  muy incómodo, puede producirnos desmayos, golpes de calor y un malestar general nada aconsejable.

2.- Cartilla de vacunación

Para visitar algunos países lejanos, como los asiáticos o los africanos, es necesario tener en regla nuestra cartilla de vacunación. Esto quiere decir, que deberemos vacunarnos de algunas de las enfermedades que en esos países son comunes. Estas vacunas pueden crearnos molestias, incluso hacer que enfermemos durante un tiempo. Es recomendable evitar un exceso de vacunas en las personas mayores, siempre que no sean necesarias, y sobre todo, si se padece algún tipo de enfermedad.

3.- Evitar los países conflictivos

En general, siempre se recomienda no viajar a países en conflicto, pero esto es verdaderamente importante cuando se trata de una persona mayor. La incertidumbre o el peligro ante la posibilidad de que nos pueda pasar algo nos impedirá disfrutar de nuestro viaje como deberíamos.

4.- Evitar países sin atención sanitaria

Existen países donde la atención sanitaria es deficiente o difícil de conseguir, ya sea por el estado del país, o simplemente por su orografía. Evidentemente, no será lo mismo conseguir una atención médica en una ciudad, que si nos adentramos en el interior de un desierto o una selva. Tanto si sufrimos un tipo de enfermedad, como si no, conviene tener la posibilidad de poder acudir al médico en un espacio de tiempo relativamente corto. Este es el motivo de que no se aconseja a las personas mayores viajar a países del tercer mundo.

5.- Cuidado con la situación geográfica

A la hora de escoger tu destino, la ubicación geográfica del país es muy importante. Un país con una altitud elevada, como es el caso de Perú, puede que nos provoque el mal de altura. Este tipo de mal produce, durante unos días, mareos, vómitos y un malestar general que es totalmente negativo para las personas mayores. También deberemos tener cuidado con las calles empedradas o demasiado empinadas, ya que pueden jugarnos malas pasadas y resultan inaccesibles para las personas mayores con movilidad reducida.

6.- No improvises en tu viaje

Improvisar en un viaje puede resultar muy divertido cuando uno es joven. Sin embargo, para las personas mayores, la improvisación puede suponer un riesgo, además de hacernos sentir desorientados e incómodos en nuestro viaje.

Cómo preparar un viaje para personas mayores

1.- Consultar con el médico de familia. Antes de emprender un viaje deberemos consultarlo con nuestro médico, especialmente si nuestro viaje es a un país lejano. Él deberá decirnos si nuestro estado de salud es el idóneo para viajar en avión o, por el contrario, es aconsejable hacerlo en barco o en tren, ya que la presión del avión puede ser perjudicial para ciertas dolencias.

También conviene consultarle el tipo de medicación que debemos llevarnos, ya que en otros países puede que no la encontremos fácilmente si la necesitamos. Llevar un botiquín de emergencia para estos casos es muy aconsejable.

2.- Escoger un destino asequible a nuestro estado físico y de salud. Quizás nos apetezca viajar al otro lado del mundo, pero nuestro cuerpo opina lo contrario. Hay que ser realista y escoger un tipo de viaje en el que vayamos a estar cómodos y seguros. Adaptar nuestro itinerario puede facilitarnos mucho las cosas y hacer que disfrutemos del viaje mucho más. Si somos personas con movilidad reducida siempre conviene informarse previamente sobre el tipo de accesibilidad que vamos a tener en nuestro destino.

3.- Planifica bien tu viaje. No dejes nada al azar. La improvisación puede ser traicionera, así que mejor déjalo todo bien atado: los enlaces entre transportes, los hoteles, los guías y el itinerario que has escogido. Conocer de antemano tus planes de viaje puede ayudarte a prever posibles contratiempos inesperados. Esto es especialmente importante si no conoces el idioma del país al que vas a viajar.

4.- No intentes hacer lo mismo que con 20 años. Cuando uno viaja a otro país quiere aprovechar el tiempo al máximo. Recorrer sus calles y visitar sus monumentos sin parar y, a veces, nos faltan periodos de descanso, lo que puede llegar a agotarnos a cierta edad. No intentes acaparar demasiado, intercala tus visitas con tiempos de descanso agradables. Siempre puedes tomarte un café en una terraza del centro de la ciudad, disfrutar de un día tranquilo en una playa o en el campo, o pasear libremente sin tener que llegar a ningún sitio. Las vidas de los habitantes nos ayudan a conocer más en profundidad el lugar.

5.- Cuidado con los medios de transporte. Algunos medios de transporte pueden resultar una autentica tortura medieval. Ten cuidado con el transporte que coges y cuántas horas vas a pasar sentado en él. Puede ser que tengas que replantearte de nuevo el itinerario.

Aunque seas una persona mayor no debes renunciar a viajar. Solo sigue estas indicaciones y planea tu viaje con tiempo. Ahora puedes disfrutar de tu tiempo libre.