El transcantábrico clásico

Por las mismas vías por las que discurría el histórico Ferrocarril de La Robla, el viejo tren hullero que transportaba carbón desde León hasta Vizcaya, comenzó su andadura en 1983 El Transcantábrico.
Este tren realiza un viaje de León a Santiago de Compostela (y viceversa) atravesando Galicia, Asturias, Cantabria, el País Vasco y Castilla y León, con paradas en Cistierna, Villasana de Mena, Santander, Arriendas, Oviedo, Luarca y Viveiro.

El viajero podrá dormir con toda comodidad con el tren parado en la estación. De esta forma se evita el traqueteo que pueda alterar el sueño y permite a aquellos que deseen salir por la noche el disfrutar del ambiente nocturno de la ciudad.

Las suites de El Transcantábrico disponen de cama de matrimonio, algunas tienen la opción de disponer además de una litera superior independiente. Todas ellas están equipadas con baño privado con hidrosauna, turbomasaje y baño de vapor.

Los cuatro coches salón constituyen el espacio más singular y bello del tren por su diseño externo, su acabado y decoración interior. Uno de los cuatro coches salón dispone de bar y pista de baile. Es el coche pub, decorado e iluminado como una pequeña sala de fiestas. Otro de los salones dispone de un segundo bar para tomar una copa relajadamente. Los otros dos salones son para otro tipo de disfrute, como leer, compartir un juego de mesa con otros viajeros, charlar y contemplar el paisaje a través de los grandes ventanales.

El viaje incluye:

Siete noches de alojamiento en compartimento suite a bordo del tren.

Siete cenas y siete comidas con gastronomía típica.

Siete te desayunos, con buffet libre.

Música y fiestas en el coche Pub.

Excursiones programadas, con entradas a museos, catedrales, claustros, etc.

Autocar de lujo que acompaña al tren.

Prensa diaria y revistas.

Guía multilingüe durante todo el recorrido.

Por las noches, tras la cena, el autocar conducirá a los viajeros de vuelta al tren.

En 2011 ha entrado en funcionamiento Transcantábrico Gran lujo, creado sobre la base de El Transcantábrico Clásico, que se ha reformado en su integridad para satisfacer los gustos de los más exigentes.