Consejos para mejorar la potencia sexual masculina

El abuso del alcohol, el consumo de determinadas drogas e incluso del hábito de fumar, el sedentarismo y el sobrepeso se consideran factores de riesgo para padecer una disfunción eréctil.

Por ejemplo, existen numerosos estudios que asocian el tabaco a las dificultades para conseguir la erección del pene, e incluso se le relaciona con la esterilidad masculina. El primer caso se debe al efecto directo de la nicotina. El consumo de esta sustancia estimula la producción de una serie de neurotransmisores como son la adrenalina y noradrenalina. Estos neurotransmisores son los encargados de aumentar el ritmo cardiaco elevando con ello la presión arterial; estimular la contracción de la pared de las arterias y favorecer el depósito de grasas en las mismas, provocando el desarrollo de aterosclerosis. Fumar endurece las arterias y bloquea el flujo libre de sangre en todo el cuerpo, un factor importante para la erección del pene. De este modo, la circulación sanguínea se ve afectada, incluyendo la circulación del pene, actuando sobre la erección de fumadores habituales.

La esterilidad en el hombre fumador se debe a que las sustancias tóxicas presentes en los cigarrillos influyen de modo negativo sobre los espermatozoides, puesto que alteran su morfología y su movilidad.

También el ejercicio regular puede hacer milagros. Con él se mejora el flujo de oxígeno en la sangre disminuye la presión arterial, mejora el tono muscular y la fuerza, ayuda a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad.

Por otra parte, el sobrepeso es también un factor de riesgo, puesto que las grasas saturadas dan lugar a depósitos en las paredes de los vasos sanguíneo, obstruyendo las venas que llevan la sangre al pene. Además, hay que tener en cuenta que las arterias del pene son más estrechas que las del resto del cuerpo, por lo que un obstáculo pequeño se magnifica en estos vasos sanguíneos obstruyendo la circulación sanguínea en mayor medida que en otras zonas del cuerpo.