¿Por qué nos cansamos más con el buen tiempo?

¿Por qué nos cansamos más con el buen tiempo?

La llegada del buen tiempo es, para muchos, una época de renovación y alegría. Sin embargo, no todos experimentan este tiempo con el mismo entusiasmo. Algunas personas, especialmente los mayores, pueden notar un aumento en la fatiga y una disminución en su energía.

 Este fenómeno, conocido como astenia primaveral, es una condición común, pero a menudo malentendida. Pero, ¿Qué es la astenia primaveral, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla en las personas mayores?

¿Qué es la astenia primaveral?

La astenia primaveral es un trastorno temporal que se manifiesta principalmente durante el cambio de estación, cuando pasamos del invierno a la primavera. Aunque no se considera una enfermedad grave, puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. La palabra "astenia" proviene del griego y significa "sin fuerza". Por tanto, la astenia primaveral se caracteriza por una sensación generalizada de cansancio y falta de energía que no siempre se alivia con el descanso.

Síntomas de la astenia primaveral

Los síntomas de la astenia primaveral pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:

  • Fatiga generalizada: Sensación de cansancio constante que no mejora con el descanso.
  • Somnolencia: Necesidad de dormir más horas de lo habitual o dificultad para mantenerse despierto durante el día.
  • Falta de concentración: Dificultad para mantener la atención y realizar tareas que requieren esfuerzo mental.
  • Irritabilidad: Cambios de humor, mayor susceptibilidad y sensación de malestar general.
  • Dolores musculares: Sensación de debilidad y dolor en los músculos sin causa aparente.
  • Trastornos del sueño: Dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, lo que agrava la sensación de cansancio.

¿Por qué afecta más la astenia primaveral a las personas mayores?

La astenia primaveral puede afectar a personas de todas las edades, pero es especialmente común entre los mayores. Esto se debe a varios factores:

1. Cambios en el ritmo circadiano

Con la edad, el ritmo circadiano, que regula nuestros ciclos de sueño y vigilia, se vuelve más frágil. Los cambios en la duración de la luz diurna durante la primavera pueden alterar este ritmo, causando insomnio y somnolencia diurna.

2. Menor capacidad de adaptación

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo pierde parte de su capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios ambientales y climáticos. Esto puede hacer que los mayores sean más susceptibles a los efectos de la astenia primaveral.

3. Condiciones de salud preexistentes

Las personas mayores a menudo padecen enfermedades crónicas, como hipertensión, diabetes o artritis, que pueden agravarse con los cambios estacionales y contribuir a la sensación de fatiga.

Cómo prevenir y tratar la astenia primaveral en personas mayores

A pesar de que la astenia primaveral es una condición temporal, existen varias estrategias que pueden ayudar a mitigar sus efectos y mejorar el bienestar general. Aquí tienes algunas recomendaciones especialmente útiles para las personas mayores:

  1. Mantener una rutina regular: Establecer horarios fijos para acostarse y levantarse puede ayudar a regular el ritmo circadiano y mejorar la calidad del sueño.
  2. Exposición a la luz natural: Pasar tiempo al aire libre y exponerse a la luz solar puede mejorar el estado de ánimo y regular los ciclos de sueño. Se recomienda pasar al menos 30 minutos al día al aire libre.
  3. Dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos puede proporcionar la energía necesaria para enfrentar el día. Además, mantenerse bien hidratado es crucial.
  4. Ejercicio regular: La actividad física moderada, como caminar, nadar o practicar yoga, puede aumentar los niveles de energía y mejorar el estado de ánimo. Es importante adaptar el ejercicio a las capacidades de cada persona y realizarlo de forma regular.
  5. Gestión del estrés: Técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda y el mindfulness pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el bienestar emocional.
  6. Suplementos vitamínicos: En algunos casos, los suplementos de vitaminas y minerales, como la vitamina D y el magnesio, pueden ser beneficiosos. Siempre es recomendable consultar con un médico antes de comenzar cualquier suplemento.
  7. Consultas médicas regulares: Mantener un seguimiento médico regular permite detectar y tratar cualquier problema de salud subyacente que pueda estar contribuyendo a la fatiga.

La astenia primaveral es un fenómeno común que puede afectar significativamente la calidad de vida, especialmente en personas mayores. Reconocer sus síntomas y tomar medidas preventivas puede ayudar a minimizar su impacto. Mantener una rutina regular, exponerse a la luz natural, llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio son estrategias efectivas para combatir la fatiga primaveral. Además, la gestión del estrés y la consulta regular con profesionales de la salud son esenciales para mantener un bienestar general durante esta transición estacional. La primavera puede ser una época de renovación y vitalidad si se abordan adecuadamente los desafíos que presenta la astenia primaveral.

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