La psicología emocional y el manejo de las emociones

Desde que somos pequeños, incluyendo nuestra etapa escolar y añadiendo los referentes educativos que cada uno de nosotros podemos tener en nuestro proceso evolutivo (Casa o Escuela) se potencia la inteligencia en función a la adquisición de una serie de conocimientos teóricos o prácticos a fin de adquirir habilidades que puedan servirnos en un futuro para nuestro desarrollo profesional o intelectual.

Pero se sabe que la acumulación de datos no es suficiente para tener éxito en la vida y menos para tener más momentos de felicidad, y mucho menos para poder conocer nuestro interior y aprender a vivir y a sentir nuestras emociones.

De ahí surgió el concepto que se denomina inteligencia emocional, que intenta aunar habilidades que todos podemos aprender y/o desarrollar, que ayuda a conseguir la metas mas fácilmente y que aprenden a relacionarse de una manera mas auténtica en las relaciones sociales, familiares, personales y laborales.

Manejo de las emociones

Uno de los objetivos de la inteligencia emocional es aprender a manejar de manera inteligente nuestras emociones, identificarlas y aceptarlas como lo que son, emociones básicas e innatas que vienen conmigo desde el momento del nacimiento. Estas emociones básicas son las siguientes: alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco y enfado.

Estas emociones están presentes de manera continua en nuestro día a día y las vivimos con mayor o menor intensidad en función de los contextos donde se producen.

Si estas emociones no son gestionadas por cada uno de nosotros de la manera adecuada, si no somos capaces de sacar información sobre ellas acaban produciéndose somatizaciones y problemas psicológicos por no haberlas manejado con eficacia.

Por ejemplo, recientes investigaciones exponen que más de la mitad de los cuidadores de enfermos de Alzheimer tienen ansiedad en los procesos de ansiedad la emoción básica es el miedo, el miedo se trata con seguridad. A este colectivo se les podrá dar ansiolíticos para controlar las reacciones adversas e intentar tranquilizarles, pero si no vamos al fondo del problema, si no se dan pautas psicoeducativas para que adquiera más seguridad y que se sienta protegido, no aliviaremos el problema de fondo que es la inseguridad ante la enfermedad.

Esta inseguridad viene en muchas ocasiones por que no expresamos nuestros sentimientos y algunas de las razones podrían ser:falta de habilidades para hacerlo, rigidez en la interacción con los demás, considerar que los demás deben comportarse como nosotros queremos, temor al rechazo de los demás...

Habrá que trabajar las habilidades sociales, autoestima o el autoconcepto que de sí mismo tiene el cuidador. ¿Cómo? Mira AQUÍ algunas de las principales herramientas en la inteligencia emocional