Ideas sencillas para adaptar la casa a las personas mayores

Moverse para realizar las tareas más cotidianas puede ser un auténtico deporte de riesgo según vamos haciéndonos mayores. Cosas tan sencillas como darnos una ducha, levantarnos de la silla o recorrer un pasillo puede suponer un auténtico peligro que puede acabar en accidente.

Mejor pequeñas adaptaciones de la casa que grandes obras

Realizar una adaptación completa de la casa para las personas mayores puede resultar bastante caro y desconcertante si se hace bruscamente.

Las consecuencias psicológicas de no sentirnos en nuestra casa, o de que esa casa sea distinta de la que hemos vivido, pueden ser muy negativas. Por eso, recomendamos hacer pequeñas adaptaciones del hogar según vamos avanzando en edad y las necesidades de cada uno.

Además, debemos tener en cuenta que realizar obras en casa cuando una persona mayor se encuentra viviendo en ella puede resultar bastante incómodo e incluso, peligroso. Sin embargo, podemos poner en práctica algunas ideas sencillas para adaptar la casa a los mayores que no requieren mucho dinero, tiempo, ni esfuerzo.

A veces, es más aconsejable minimizar los peligros que puedan existir en el hogar, que hacer demasiados cambios.

Es recomendable prever los accidentes que puedan ocasionarse y hacer los cambios antes de que sea demasiado tarde. Los accidentes de las personas mayores pueden tener graves consecuencias a pesar de que, aparentemente, no aparenten importancia.

Consejos sencillos para adaptar la casa a las personas mayores

1. Eliminar las barreras y obstáculos

Como hemos dicho antes, eliminar los riesgos es la mejor manera de evitar el peligro de accidentes. En una casa suele haber elementos decorativos que impiden o dificultan la movilidad de las personas mayores. Conviene eliminar todo aquello que pueda suponer un obstáculo de paso como son los muebles innecesarios, las macetas o las alfombras, para evitar tropiezos.

Las alfombras son un elemento especialmente peligroso. Si se levantan del suelo pueden producir traspiés, pero también incidentes por deslizamiento. Si existe mucho apego a una alfombra especial de la casa podemos poner un antideslizante debajo, aunque siempre es mejor eliminarlas.

Los recuerdos de toda una vida suelen ser importantes para la persona que vive en esa casa. Fotos, cojines, cortinas y todo aquello que no estorbe conviene dejarlo para crear un ambiente hogareño y familiar.

2. Descartar los muebles con ruedas o inestables

Según avanzamos en edad nos cuesta más levantarnos de los sitios, podemos experimentar desequilibrios al andar, o tener mareos inesperados. En estas ocasiones es habitual agarrarse al primer mueble que encontremos para evitar caernos o para facilitarnos la tarea de levantarnos o sentarnos. Cuando ese mueble es inestable, o tiene ruedas, lo más probable es que terminemos rodando con él encima.

Siempre es mejor tener un bastón o un andador cerca para poder sujetarnos bien en estos casos, aunque, si todavía no nos vemos en la necesidad de tenerlo, al menos, deberíamos tener un mueble robusto que no se venza en cuanto tiremos o nos apoyemos en él.

3. Barras de apoyo en el baño

La mayoría de accidentes caseros en personas mayores son en el baño. Tener una barra de apoyo dentro de la bañera o en el plato de ducha puede salvarnos de un buen golpe.

Instalar un plato de ducha antideslizante es la mejor manera de eliminar los peligros por resbalamientos, o por tener que hacer malabarismos para introducirnos en la bañera. Pero, si todavía no nos hemos decidido a meternos en obras, se puede rociar con spray antideslizante la base de la bañera o el plato de ducha para evitar resbalones.

Algunas personas mayores ponen alfombrillas antideslizantes. Pueden ser de ayuda cuando están bien sujetas a la bañera, sin embargo, en ocasiones se despegan de la superficie, y suponer un mayor peligro que sin ellas.

Otra de las soluciones para impedir los resbalones en el baño es colocar una silla de patas anchas y plástico dentro de la bañera para sentarnos mientras nos enjabonamos. Existen sillas específicas para baños de personas mayores que son muy cómodas y baratas.

4. Instalar una buena iluminación

La reducción de la capacidad de visión es normal a partir de cierta edad. Por eso instalar luces que iluminen adecuadamente las estancias es vital para eliminar cualquier peligro de accidente por choque. Podemos instalar luces led automáticas en los pasillos o lugares de paso, así evitaremos el gasto de electricidad y la necesidad de estar buscando constantemente el interruptor.

5. Instalar un detector de humos

La cocina es el segundo lugar de la casa donde se producen más accidentes después del baño. Es normal que se nos olvide una cacerola que hemos puesto al fuego, o apagar el gas. Por eso un detector de humos puede ser una buena solución para las personas olvidadizas. Son baratos, fáciles de instalar y, algunos, van a pilas. Estos detectores producen un sonido alto y bastante desagradable ante la presencia de humo o un cambio brusco de temperatura, lo que nos pondrá en alerta de que algo sucede y nos dará tiempo para actuar.

6. Cambiar el gas por cocina de inducción

El uso de las cocinas de gas puede ser peligroso para las personas mayores. El riesgo que existe de sufrir quemaduras es alto al pasar la mano por la encimera. También es habitual la intoxicación por gas al dejarnos el gas abierto.

Lo mejor es cambiar este sistema por una cocina de inducción que señala con un piloto cuando está caliente y cuando no. Además, se apaga automáticamente cuando no hay nada sobre ella.

7. Teléfono inalámbrico

Un teléfono móvil que podamos llevar siempre encima cerca de nosotros, o un teléfono inalámbrico puede ser la salvación en el caso de que suframos un accidente.

Es aconsejable que se programe el teléfono con los números más frecuentes para que podamos llamar solo con darle a un botón.

Como ves para conseguir una mayor comodidad y seguridad en la casa de una persona mayor no es tan complicado. Solo es necesario poner en práctica estos pequeños y fáciles remedios antes de que tengamos que lamentar un problema mayor.

Patricia fernández. Periodista.