Qué son los síncopes y cómo afectan a las personas mayores

Qué son los síncopes y cómo afectan a las personas mayores

Un síncope, o desmayo repentino, es más común en personas mayores de lo que imaginamos. Aunque suele durar solo unos minutos, su impacto puede ser significativo, afectando su salud y confianza. Descubre qué lo causa, cómo prevenirlo y cuándo buscar ayuda médica.

El síncope es algo más común de lo que pensamos. Todos hemos escuchado historias de alguien que "se desmayó de repente", y eso, en términos médicos, es básicamente un síncope. En las personas mayores, este fenómeno puede tener un impacto significativo, no solo en su salud, sino también en su calidad de vida. Pero, ¿qué son realmente los síncopes, por qué ocurren y cómo pueden gestionarse?

¿Qué es un síncope?

Un síncope es, en palabras simples, una pérdida temporal del conocimiento. Se produce cuando hay una disminución brusca en el flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca un desmayo. Aunque suele durar unos pocos segundos o minutos, puede ser alarmante tanto para la persona que lo experimenta como para quienes la rodean.

Hay tres tipos principales de síncope:

  1. Vasovagal o reflejo: Es el más común y puede ser provocado por emociones fuertes, miedo, dolor o estar de pie mucho tiempo.
  2. Cardíaco: Está relacionado con problemas en el corazón, como arritmias o enfermedades cardíacas.
  3. Ortostático: Ocurre cuando la presión arterial baja de forma abrupta al levantarse rápido después de estar sentado o acostado.

En personas mayores, los síncopes suelen estar más vinculados a causas cardíacas o problemas de presión arterial.

¿Por qué los síncopes afectan más a los mayores?

El cuerpo de las personas mayores cambia con el tiempo, y estos cambios pueden hacerlas más propensas a sufrir síncopes. Algunas razones incluyen:

  • Envejecimiento del sistema cardiovascular: Las arterias pueden endurecerse, y el corazón puede no bombear con la misma eficiencia.
  • Medicamentos: Muchas personas mayores toman varios medicamentos, como antihipertensivos o diuréticos, que pueden bajar la presión arterial.
  • Problemas neurológicos: Enfermedades como el Parkinson o daños en el sistema nervioso autónomo también influyen.

Además, la deshidratación, que a menudo pasa desapercibida, es otro factor común en los síncopes de este grupo de edad. Por eso, es importante recordar que beber agua no es solo una recomendación, es una necesidad.

Síntomas de advertencia del avisa

Aunque los síncopes pueden parecer repentinos, el cuerpo a menudo envía señales antes de que ocurran. Prestar atención a estos síntomas puede marcar la diferencia:

  • Mareo o sensación de inestabilidad.
  • Visión borrosa o sensación de "ver estrellas".
  • Sudor frío o náuseas.
  • Palidez repentina.
  • Hormigueo en las manos o los pies.

Si alguien mayor comienza a mostrar estos signos, lo mejor es que se siente o se recueste de inmediato, con las piernas elevadas. Esto puede ayudar a que la sangre fluya mejor hacia el cerebro y evitar un desmayo completo.

Consecuencias de los síncopes en los mayores

Un síncope no es solo un "susto pasajero" para los mayores. Puede traer consigo riesgos y complicaciones importantes:

  • Caídas y fracturas: Al perder el conocimiento, la persona puede golpearse o caer, aumentando el riesgo de lesiones graves como fracturas de cadera.
  • Pérdida de confianza: Muchos mayores desarrollan miedo a salir solos o a realizar actividades cotidianas.
  • Problemas cardíacos no diagnosticados: Un síncope puede ser un síntoma de un problema subyacente que necesita atención médica urgente.

Diagnóstico para encontrar la causa

Después de un síncope, especialmente si ocurre más de una vez, es crucial acudir al médico. El diagnóstico puede incluir:

  • Historia clínica detallada: Para entender el contexto y los factores desencadenantes.
  • Electrocardiograma (ECG): Para evaluar la función cardíaca.
  • Pruebas de esfuerzo o monitores Holter: Si se sospecha de arritmias.
  • Estudio de la presión arterial: Incluyendo mediciones al cambiar de posición (de pie o sentado).

En algunos casos, también se realizan pruebas neurológicas para descartar otras causas.

Tratamiento y prevención de los síncopes en personas mayores

El tratamiento de los síncopes depende de la causa subyacente. En el caso de los síncopes vasovagales, suelen recomendarse cambios en el estilo de vida, como evitar desencadenantes (calor extremo o estar de pie mucho tiempo) y aprender a reconocer los síntomas tempranos.

Si se debe a problemas cardíacos, puede ser necesario un marcapasos, ajustes en los medicamentos o incluso intervenciones quirúrgicas. Para los síncopes ortostáticos, los médicos pueden sugerir medidas como:

  • Incorporarse lentamente después de estar sentado o acostado.
  • Usar medias de compresión.
  • Aumentar la ingesta de líquidos y sal (bajo supervisión médica).

Consejos prácticos para el día a día

Para las personas mayores y sus cuidadores, aquí van algunos consejos útiles para evitar los síncopes:

  1. Hidratación constante: Beber agua regularmente puede marcar la diferencia.
  2. Evitar cambios bruscos de posición: Levantarse despacio permite que el cuerpo se adapte.
  3. Comer bien: Una dieta equilibrada ayuda a mantener la presión arterial estable.
  4. Chequeos regulares: Controlar la presión arterial y revisar los medicamentos puede prevenir episodios.
  5. Actividades seguras: Si hay antecedentes de síncopes, evitar situaciones donde una caída pueda ser peligrosa, como subir escaleras sin ayuda.

Cuando actuar rápidamente ante un síncope

Aunque muchos síncopes no son graves, hay señales de alarma que requieren atención médica inmediata:

  • Si el desmayo ocurre durante una actividad física.
  • Si se acompaña de dolor en el pecho o dificultad para respirar.
  • Si dura más de unos pocos minutos o la persona tarda en recuperarse por completo.

En estos casos, llamar a emergencias no es una opción, es una obligación.

Vivir sin miedo, pero con precaución

Los síncopes pueden ser un problema para las personas mayores, pero con el conocimiento adecuado y un enfoque preventivo, es posible reducir su impacto. La clave está en escuchar al cuerpo, estar atentos a las señales y buscar ayuda médica cuando sea necesario.

Así que, si tienes un ser querido mayor, o tú mismo has experimentado un síncope, recuerda que no estás solo. Con un poco de cuidado y las herramientas adecuadas, se puede seguir adelante con confianza. La vida no tiene por qué detenerse por un desmayo.

Bibliografía

Artículo recomendado

Buscador gratuito de residencias

Buscador gratuito de residencias

Encuentra la residencia que encaja con tus necesidades. Puedes filtrar por preferencias, ver los servicios y fotos de cada centro e incluso contactar...

Relacionados

Comentarios