Menopausia

Efectos secundarios de la terapia hormonal sustitutiva (THS)

Efectos secundarios de la terapia hormonal sustitutiva (THS)

Durante décadas, la terapia hormonal sustitutiva que todos los ginecólogos recetaban a las menopaúsicas parecía la fuente de eterna juventud.

La terapia hormonal sustitutiva (THS) se desarrolló con la intención de aliviar los síntomas de la menopausia y prevenir enfermedades relacionadas con la disminución de estrógenos durante el climaterio. Sin embargo, su uso ha estado envuelto en polémica desde hace años debido a los efectos secundarios que pueden aparecer, especialmente en tratamientos prolongados. Aunque puede ser beneficiosa en determinados casos, los riesgos asociados a la THS han obligado a médicos y pacientes a replantear su aplicación.

Te contamos en profundidad los beneficios, riesgos y controversias que rodean a la THS, basándonos en los estudios más recientes y las recomendaciones médicas actuales.

¿Qué es la terapia hormonal sustitutiva y para qué se utiliza?

La THS consiste en la administración de hormonas femeninas, principalmente estrógenos y progesterona, para suplir la disminución natural de estas durante la menopausia. Entre sus objetivos principales se encuentran:

  • Aliviar síntomas como sofocos, sudores nocturnos, insomnio, sequedad vaginal y cambios de humor.
  • Prevenir la osteoporosis y la pérdida de masa ósea.
  • Reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en mujeres jóvenes menopáusicas.
  • Mejorar la calidad de vida general.

Sin embargo, a lo largo de los años, los beneficios de la THS han quedado empañados por las evidencias de efectos secundarios importantes, especialmente en tratamientos prolongados o en ciertas poblaciones de riesgo.

Efectos secundarios y riesgos asociados a la THS

  1. Riesgo cardiovascular

    Inicialmente se creyó que la THS podría prevenir enfermedades cardiovasculares, pero estudios como el Women's Health Initiative (WHI) revelaron que el tratamiento con estrógenos y progesterona combinados puede aumentar el riesgo de:
  • Accidentes cerebrovasculares. Las mujeres sometidas a THS durante varios años tienen un mayor riesgo de sufrir ictus, especialmente en edades avanzadas.
  • Infarto de miocardio. Aunque los riesgos parecen ser menores en mujeres menores de 60 años, en mujeres mayores la probabilidad de desarrollar problemas coronarios puede incrementarse.

Es importante destacar que el tipo de hormonas y la vía de administración (oral, transdérmica o vaginal) también influyen en el nivel de riesgo cardiovascular.

  1. Cáncer de mama

    El posible vínculo entre la THS y el cáncer de mama ha generado gran preocupación. Los estudios muestran que el uso prolongado (más de cinco años) de estrógenos combinados con progesterona puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

Sin embargo, el riesgo varía según factores individuales como la edad, el historial familiar y la duración del tratamiento. En mujeres que solo reciben estrógenos (habitualmente aquellas a las que se les ha practicado una histerectomía), el riesgo parece ser menor.

  1. Cáncer de endometrio

    El uso exclusivo de estrógenos en mujeres con útero intacto puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer de endometrio. Por esta razón, la progesterona se añade habitualmente al tratamiento para contrarrestar este efecto.

Aunque la combinación reduce este riesgo, la progesterona puede producir efectos secundarios como:

  • Cefaleas.
  • Tensión mamaria.
  • Molestias abdominales y en la zona pélvica.
  1. Demencia y problemas cognitivos

    Un área particularmente controvertida es el impacto de la THS en la salud cerebral. Mientras que algunos estudios sugieren que podría proteger contra el Alzheimer si se inicia pronto tras la menopausia, otros trabajos apuntan a un aumento del riesgo de demencia en mujeres mayores que inician el tratamiento varios años después de la menopausia.
  1. Trombosis venosa profunda y embolia pulmonar

    La THS administrada por vía oral puede incrementar el riesgo de formación de coágulos en las venas profundas, lo que a su vez puede derivar en embolias pulmonares. Las mujeres con antecedentes de trombosis o factores de riesgo como obesidad, tabaquismo o sedentarismo deben evitar este tratamiento o considerar alternativas como los parches transdérmicos.

Controversias y debates actuales sobre la terapia hormonal sustitutiva

Aunque los riesgos de la THS están bien documentados, la comunidad médica no ha llegado a un consenso absoluto, y la evidencia sigue evolucionando. Entre las principales controversias destacan:

  • Duración del tratamiento: Muchas guías recomiendan limitar la THS al periodo más corto posible y con la dosis efectiva más baja. Sin embargo, algunas mujeres encuentran que los síntomas de la menopausia reaparecen al suspender el tratamiento, lo que dificulta su abandono.
  • Edad de inicio: La mayoría de los estudios coinciden en que los riesgos son menores si la THS se inicia al principio de la menopausia (antes de los 60 años) y en mujeres saludables.
  • Vías de administración: Los tratamientos transdérmicos y vaginales parecen tener un perfil de riesgo más bajo para ciertos efectos secundarios, como los eventos trombóticos y cardiovasculares.

Beneficios frente a los riesgos: ¿Cuándo es recomendable?

Pese a los riesgos asociados, la THS puede ser una opción segura y efectiva para muchas mujeres si se utiliza bajo estricta supervisión médica. Algunas situaciones en las que puede ser particularmente beneficiosa son:

  • Menopausia precoz (antes de los 40 años): En estos casos, los beneficios de la THS suelen superar los riesgos, ya que las mujeres más jóvenes tienen un menor riesgo de complicaciones como cáncer o eventos cardiovasculares.
  • Osteoporosis severa: En mujeres con un alto riesgo de fracturas, la THS puede ser una opción terapéutica eficaz para prevenir la pérdida ósea.
  • Síntomas graves de menopausia: Para mujeres cuya calidad de vida se ve gravemente afectada por los sofocos, el insomnio o la sequedad vaginal, la THS puede ser una solución temporal.

Alternativas a la terapia hormonal sustitutiva

Para las mujeres que prefieren evitar la THS o que no son candidatas debido a su historial médico, existen alternativas tanto farmacológicas como naturales:

  1. Fármacos no hormonales: Antidepresivos en dosis bajas, clonidina y gabapentina pueden ayudar a controlar los sofocos.
  2. Modificadores de la densidad ósea: Medicamentos como los bifosfonatos o el denosumab pueden prevenir la osteoporosis.
  3. Terapias naturales: Productos a base de isoflavonas (fitoestrógenos), ejercicio físico, técnicas de relajación y una dieta rica en calcio y vitamina D pueden contribuir al bienestar general durante la menopausia.

La terapia hormonal sustitutiva sigue siendo una herramienta útil para manejar los síntomas de la menopausia y prevenir ciertas complicaciones, pero no es una solución universal. Su uso debe ser personalizado, evaluando cuidadosamente los riesgos y beneficios en función de cada caso individual.

Para tomar decisiones informadas, es fundamental que las mujeres consulten con un médico especializado y tengan acceso a información actualizada. Con un enfoque adecuado, es posible encontrar un equilibrio entre aliviar los síntomas de la menopausia y minimizar los riesgos asociados.

 Bibliografía

Terapia hormonal sustitutiva en la menopausia. Ministerio de Sanidad.

Contraindicaciones y efectos secundarios de la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH)

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