Las razones por las que las personas mayores pierden el olfato y el gusto

 El envejecimiento va de la mano de una serie de cambios fisiológicos que, inevitablemente, afectan a diferentes aspectos de la vida diaria. Entre estos cambios, encontramos la pérdida del olfato (anosmia) y la pérdida del gusto (ageusia). Estos fenómenos son más comunes de lo que parecen a primera vista y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas mayores. Estas alteraciones no solo afectan el disfrute de la comida y las experiencias sensoriales, sino que también pueden influir en la nutrición, la seguridad y el bienestar emocional.

Estas son algunas de las causas, implicaciones y posibles formas de mitigar la pérdida de los sentidos del gusto y el olfato en las personas mayores.

Cambios fisiológicos con la edad

A medida que envejecemos, nuestros cuerpos experimentan diversos cambios fisiológicos, como son la pérdida de alguno de los sentidos. La pérdida del olfato y el gusto se hace más evidente a partir de los 60 años y suele ser más pronunciada en personas mayores de 70 años. Esto se debe a una disminución en el número y calidad de los receptores sensoriales y de las fibras nerviosas.

Según los expertos es común la pérdida parcial de estos sentidos, mientras que la pérdida total es menos frecuente y generalmente indica una causa subyacente, como una patología neurodegenerativa o reversible (por medicamentos o tóxicos).

Causas de la pérdida del olfato y el gusto

Envejecimiento natural

La causa más común de la pérdida del olfato y el gusto en personas mayores es el envejecimiento natural. Con el tiempo, las células receptoras en la nariz y la boca disminuyen en número y funcionalidad, lo que reduce la capacidad de percibir olores y sabores.

Medicamentos

El uso de ciertos medicamentos, comúnmente recetados a personas mayores, puede afectar estos sentidos. Medicamentos como los antihipertensivos y los antidepresivos pueden tener efectos secundarios que incluyen la disminución del olfato y el gusto.

Enfermedades crónicas

Enfermedades crónicas como la diabetes, el Parkinson y el Alzheimer pueden deteriorar estos sentidos. De hecho, la pérdida del olfato puede ser uno de los primeros síntomas del Parkinson y el Alzheimer, alertando sobre el inicio de estas enfermedades neurodegenerativas.

Problemas orales e infecciones

Las enfermedades periodontales, otros problemas orales, y las infecciones como la sinusitis crónica pueden causar inflamación y daño a las células olfativas y gustativas, afectando la capacidad sensorial.

Exposición a toxinas

La exposición a toxinas del tabaco y el alcohol también puede dañar los receptores sensoriales. Fumar y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo significativos para la pérdida del olfato y el gusto.

Prevención de la pérdida de los sentidos

Aunque la pérdida del olfato y el gusto con la edad es común, hay maneras de retrasar o mitigar estos cambios. Mantener un buen estilo de vida, una dieta equilibrada y una buena salud oral son fundamentales. Evitar el tabaco y controlar adecuadamente enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión también puede ayudar a preservar estos sentidos.

1. Estilo de vida saludable

Adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros puede contribuir a mantener la funcionalidad de los receptores sensoriales y, por tanto, de los sentidos. La hidratación adecuada y la actividad física regular también son importantes para la salud general y sensorial.

2. Higiene bucal

Una buena salud oral es crucial. Cepillarse los dientes dos veces al día, usar hilo dental y visitar al dentista regularmente puede prevenir problemas orales que afecten el gusto.

3. Control de enfermedades crónicas

El control adecuado de enfermedades crónicas es esencial. Seguir las recomendaciones médicas, tomar los medicamentos según lo prescrito y controlar regularmente las condiciones de salud pueden ayudar a evitar complicaciones que afecten los sentidos.

Enfermedades que aceleran la pérdida de estos sentidos

Existen ciertas enfermedades aceleran la pérdida del olfato y el gusto. Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, así como la diabetes, pueden causar daño a los nervios y vasos sanguíneos, afectando estos sentidos.

Las infecciones virales, como la gripe y el COVID-19, también pueden dañar las células sensoriales de manera permanente. La sinusitis crónica, por su parte, causa una inflamación persistente que puede dañar los receptores olfativos.

Impacto en la dieta y la nutrición

La pérdida del olfato y el gusto afecta significativamente la dieta de las personas mayores. Cuando los alimentos no saben ni huelen como antes, el apetito disminuye, llevando a una ingesta insuficiente de nutrientes esenciales. Esto puede resultar en pérdida de peso involuntaria, desnutrición y problemas de salud asociados, como debilidad general, mayor riesgo de caídas y deterioro del sistema inmunológico.

Recomendaciones finales

Para mitigar los efectos de la pérdida del olfato y el gusto en las personas mayores, es importante que las personas mayores incorporen alimentos con sabores y aromas variados en su dieta. Utilizar especias y hierbas comunes en la dieta mediterránea puede realzar los sabores y hacer las comidas más atractivas. Mantener una dieta equilibrada y disfrutar de una variedad de alimentos también es crucial para asegurar una adecuada nutrición y un buen estado de salud general.

Aunque la pérdida del olfato y el gusto es común en la tercera edad, hay medidas que pueden tomarse para retrasar su aparición y reducir su impacto. Un estilo de vida saludable, una buena higiene bucal y el control adecuado de enfermedades crónicas son fundamentales para preservar estos importantes sentidos y mantener una buena calidad de vida.

Bibliografía

•  "Pérdida de olfato y gusto: causas y tratamiento." 
• National Institute on Aging. "Cómo cambian los sentidos del olfato y del sabor a medida que envejece."